El Diccionario de
Al hablar de que el término “prostituta” con frecuencia es usado para referirse a cuestiones que de alguna manera se relacionan pero que guardan significativas diferencias, me refiero al empleo equívoco de éste término en lugar del de “puta”.
Pareciera que esta confusión de términos carece de importancia a la hora de ser aplicados para referirse a una determinada persona, incluso algunos dirían (en un tono más despectivo que práctico) que se trata de la misma cosa. Sin embargo, la importancia de la diferenciación radica, no tanto en el significado de ambas, sino en la carga social e ideológica que depositan dichos términos sobre las personas a las que se refieren. Para explicar lo referente a la carga social e ideológica, bastaría con dar también, una definición hermética y puntual de la palabra “puta”, sin embargo, debido quizá a la frecuencia con la que se sustituye esta palabra por la de “prostituta”, pareciera que nadie se ha interesado en textualizar con precisión dicho término, para lo cual sólo se tiene la una percepción o definición informal bastante fuera de contexto, pues conserva la visión que se tenía sobre el tema en
Con base en ésta única percepción y siguiendo una línea fundamentalmente ideológica, diremos que "putas" son (además de las prostitutas) las amantes, las queridas, las edecanes, las modelos, las artistas, las vedettes, las exóticas, las encueratrices, las misses, las madres solteras, las fracasadas, las que metieron la pata, se fueron con el novio, y regresaron con regalo, las malcasadas, las divorciadas, las mujeres seductoras, las que andan con casados, las que son segundo frente, detalle, o movida, las roba-maridos, las que se acuestan con cualquiera, las ligeras de cascos, las mundanas, las coquetas, las rogonas, las mustias, las moscamuertas, las ligadoras, las fáciles, las ofrecidas, las insinuantes, las calientes, las cogelonas, las insaciables, las ninfómanas, las histéricas, las mujeres solas, las locas, la chingada y la puta madre; en fin, todas las mujeres lo son al evidenciar deseo erótico, cuando menos en alguna época o en circunstancias especificas de sus vidas (y quien no sea “puta” , que arroje la primera piedra…).
Quizá la manera más sencilla de esclarecer la confusión con respecto a ambos términos y, en especial a ese que parecería aludir a la mayoría de las mujeres del planeta, es basándonos en el modo en que las prostitutas describen sus propias actividades. Y es que ellas, al no querer ser marcadas con el penoso sello de alguien que hace mucho más que el simple trabajo de vender su cuerpo, han marcado con entrañable simpleza, la mayor y talvez única (real) diferencia entre la “prostituta” y la “puta”: la prostituta hace su oficio por dinero y lo lleva como una profesión; la puta lo hace por placer y lo lleva como un estilo de vida.
Por supuesto, tanto el putaísmo como la prostitución no son únicamente cuestiones de palabras y definiciones, afirmación que queda en claro al observar la tentativa definición de “puta” descrita en primer lugar; y es precisamente debido a esto, a que no basta con meras definiciones y palabras para abarcar la totalidad y complejidad de un hecho, que surgen de pronto variantes que no pueden ser concebidas dentro del estrecho marco de una definición textual, y que quedan flotando en el vastísimo mundo de la semántica, a la espera de algún término caritativo que las adopte o englobe dentro de su propia definición. Cierro finalmente esta idea, siguiendo con la línea de las definiciones (ya bastante explotada en este ensayo), y ya una vez aclarados los términos tanto de prostitución como de putaísmo, sugiriendo que se agregue un nuevo término al Diccionario de
No es que haga falta definirlas cuando todos sabemos quienes son, pero si a final de cuentas, todas somos “putas”, me resulta injusto dejar en el mismo nivel que el resto a aquellas (os) que con tanto ímpetu persiguen (o en su defecto, se sientan en) sus intereses. Como se diría popularmente “honor a quien honor merece”…y seguro no serán la mayoría de las mujeres, pero sin duda más de una se sentirá aludida.